Este largo proceso electoral nos deja varias
enseñanzas, tres de ellas muy valiosas para comprender resultados y la nueva
coyuntura política que domina en Costa Rica. Esa comprensión incluso nos
permite hacer proyecciones más o menos acertadas de lo que podría pasar este 1
de abril (algunos lo llaman pronóstico). En orden de prioridad:
1)
La
ausencia de bloques hegemónicos y estáticos de votantes.
El análisis que toma una encuesta y distribuye porcentajes de un partido a
otro, o de un grupo encuestado a otro como si se trata de bloques estáticos de
votantes que se distribuyen de manera predecible, está en crisis y me atrevo a
decir que equivocado. Ya no podemos decir que, por ejemplo, la mayoría de
votantes del PIN se inclinaron naturalmente por el PRN, porque en realidad el
reparto es mucho más amplio y tiene que ver con una variable novedosa y que
solamente el CIEP ha intentado medir: los indecisos y abstencionistas. Muchos
del PIN, por ejemplo, no votaría en esta elección, otros andan indecisos, otros
estarían con el PRN y otros con el PAC. Pero no sabemos los porcentajes
precisos, ni podríamos decir, del todo, que por ser un voto protesta, se
inclinaría mayoritariamente hacia el PRN, por su tendencia a criticar al Gobierno
actual. Un ejemplo de este desgrane se da con el PLN y el PUSC, cuyas
dirigencias y seguidores se partieron a favor de uno de los dos finalistas para
la segunda ronda. Los bloques son heterogéneos y dinámicos, porque incluso
pueden variar de un pronto a otro, en la última semana previa a la elección.
Indistintamente de que Opol Consultores haya perdido credibilidad en el último
momento por lo sucedido, es claro que encuestas como esas o las de Cid-gallup,
son propensas a fallar el día E porque no saben medir realmente si la gente
votará en las elecciones. Me explico: los entrevistados en su mayoría dirán por
cuál candidato se inclinan más, cuál les gusta, cuál es el menos malo o incluso
–como sucede en los sondeos de inicios del proceso electoral- cuál es el más
conocido. Pero el votante no puede y no tiene cómo asegurar que irá a votar.
Muchos son indecisos o abstencionistas que a la hora de llegada prefieren una
oportunidad de viaje, un mandato del trabajo o descansar todo el día antes que
trasladarse a votar. Y debemos ser claros: los paseos y muchas empresas en este
país contribuyen al abstencionismo, porque muchas personas deseosas de votar no
tienen oportunidad por una obligación laboral y porque muchas personas toman
los domingos para paseos familiares u otros hábitos que no están dispuestos a
cambiar por su país. Esto cambiará cuando el TSE aplique, con ese gran
presupuesto que tiene, medidas tecnológicas más avanzadas que le permitan a las
personas votar electrónicamente desde su teléfono, o algún mecanismo similar,
como mesas flotantes que asistan a los trabajos o que permitan a la gente votar
en otro lugar que no sea su domicilio electoral. Eso posiblemente se logrará
con la huella dactilar y seguramente disminuirá el abstencionismo, en mejora de
la democracia.
2)
La
ausencia de partidismo y el multipartidismo. En la misma
orientación de lo anterior, el mismo CIEP –y otras encuestas serias- han
demostrado que cada día más las personas carecen de partidismo. Muchos
liberacionistas y socialcristianos han renegado de su partido en los últimos
años. El ejemplo más dramático de esto ha sido la caída estrepitosa del PLN en
febrero pasado, cuando muchos hablaban de una preferencia partidaria del 25% y
hasta del 30% de los electores, pero el PLN apenas llegó con Álvarez Desanti al
17%. Es posible que el PAC esté ganando adeptos en los últimos dos procesos
electorales, principalmente entre una masa de jóvenes progresistas y críticos
que, aunque tienen tendencia a votar por el partido, no le dan su adhesión como
un cheque en blanco. El seguidor del PAC es posiblemente más exigente con lo
que proponga el partido, y eso es bueno para la cultura política del
costarricense. Esas masas heterogéneas de gente que sale de los partidos o
sencillamente no los siguen crece y crece, dando paso al multipartidismo y
varios fenómenos que lo acompañan: el populismo en cualquier partido pequeño
con un candidato vociferante contra lo malo y el populismo en cualquier
candidato vociferando contra una propuesta ideológica. El multipartidismo, que
obliga a la unión de las fuerzas más cercanas en lo político e ideológico, y
con ello a un Gobierno de alianzas, es inevitable en las circunstancias
actuales. La ausencia de partidismo ha sido marcada para esta segunda ronda,
cuando figuras de unos y otros partidos se inclinaron hacia uno y otro partido
según su ideología y dosis de oportunismo. Este fenómeno, llamado clivaje, se refiere a cómo se arman dos
grupos más o menos hegemónicos de personas que deciden su preferencia en
función no del partido por el que votarán, sino en función de las ideas, los
valores y las creencias que defiende, y que polarizan la elección. Entonces
podemos ver para el domingo 1 de abril tres
grandes bloques de votantes: 1) Los que defienden las libertades y derechos
fundamentales de las personas, quienes prefieren una propuesta o plan de
Gobierno seria y bien pensada, quienes se inclinan por un candidato mejor capacitado
y quienes prefieren también un equipo formado y pensado para gobernar, así como
quienes están dispuestos a perdonar al Gobierno por sus errores. 2) Los que en
función de sus valores religiosos están dispuestos a controlar o coartar las
libertades y derechos de algunas personas, quienes no dan importancia a la
propuesta de Gobierno porque no la ven necesaria o porque nunca se ha cumplido,
los que defiende a su candidato por emocionalidad y parentesco religioso sin
importar su capacidad y los que se inclinan por ese candidato aunque su equipo
de Gobierno haya sido creado de último momento y de manera improvisada, y se
contradiga. En este grupo la inclinación es en rechazo del Gobierno y sus
errores, muchas veces basándose en información exagerada del desempeño
gubernamental. 3) A quienes sencillamente NO les importa ni uno ni otro y no
piensan votar a menos que les den algo a cambio; aquí es donde entra el voto
corrupto o clientelista y que podría tensar las elecciones del domingo.
Egoístas sin patria.
3)
Idiosincrasia
electoral. Decía don Ricardo Jiménez que los ticos somos como
mulas… De eso se trata posiblemente esta elección: de medir la capacidad de
reacción del costarricense para defender a su patria de una amenaza, o bien si
son los costarricenses que no ven amenaza alguna sino más bien una oportunidad
quienes se desempeñan mejor. El costarricense, indistintamente de su clase
social o nivel educativo, históricamente ha defendido los valores de su patria,
como la institucionalidad o las libertades de todos los grupos. Este 1 de abril
estamos ante la ruptura con ese ser costarricense por uno nuevo, el que quiere
restringirlos. Sin embargo, creo que aún una mayoría de costarricenses se
inclina por preservar lo importante, lo sagrado del ser tico, más que por
cambiarlo por valores dudosos. Hemos aprendido que si queremos comprender una
campaña electoral en Costa Rica debemos conocer mejor al costarricense y su
comportamiento individual y social, para poder hacer proyecciones acertadas.
En función de lo anterior, y considerando que:
1) Hay una amenaza y reto con la pérdida del proceso civilizatorio que tanto ha costado al costarricense;
1) Hay una amenaza y reto con la pérdida del proceso civilizatorio que tanto ha costado al costarricense;
2) La gente que esté de vacaciones el 1 de abril por
Semana Santa sea la más desinteresada y regularmente abstencionista;
3) El sondeo con mayor credibilidad (del CIEP) ha dado dos veces un empate técnico entre ambos candidatos;
3) El sondeo con mayor credibilidad (del CIEP) ha dado dos veces un empate técnico entre ambos candidatos;
4) El desempeño en los debates ha sido en evidencia
superior para Carlos Alvarado, por su conocimiento del Estado, su capacidad y
destreza, sobre todo al final de la contienda;
5) Fabricio Alvarado apeló finalmente al pobrecito
como recurso para lograr el voto costarricense de un sector que emocionalmente ya
se había inclinado por él;
6) Los indecisos y algunos abstencionistas tienden a
inclinarse de última hora por el “menos malo” o mejorcito según su percepción,
y que por eso el PAC usualmente crece hacia el final en los procesos
electorales;
7) Fabricio incumplió con su programa de Gobierno
(plagiado en buena parte) y reporte financiero incompleto al TSE con pagos
dudosos, que genera mucha desconfianza entre un sector de los costarricenses;
8) Aparte de cargar con el mal desempeño del Gobierno
hacia el final del período por el mito construido con el Cementazo, Carlos
Alvarado representa un nuevo grupo de jóvenes que respetan ampliamente los
derechos y libertades de las personas;
9) Más que una lucha partidaria esto se tratará de dos
grupos que representan cosas distintas de la Costa Rica actual y del futuro (un
nuevo hito histórico similar por su importancia al referendo por el TLC);
10) Muchos costarricenses se desencantarán hacia el
final para votar, pero me resulta interesante que el voto a favor de Fabricio
es menos duro (basándome también en el CIEP) y podría finalmente desinflarse;
11) Los cantones más poblados del país se han mostrado
más firmes en votar a favor de Carlos Alvarado;
12) Los católicos del país finalmente se dieron cuenta
de la burla y manipulación a la que fueron sometidos con el tema de los valores
familiares (o al menos así se están sintiendo);
13) El costarricense ha venido mejorando su percepción
de la política y con ello su cultura política en los últimos años para tomar
mejores decisiones;
14) La Coalición ha venido a brindar un apoyo significativo
en la promoción de Carlos Alvarado, pero también en la organización del día de
las elecciones;
15) El apoyo del sector cultura (más de una decena de
canciones apoyando a Carlos) ha sido importante para llevar el mensaje a todas
las regiones;
Creo, entonces, que este domingo 1 de abril el
candidato ganador será Carlos Alvarado, posiblemente con un porcentaje de votos
emitidos (sin incluir nulos ni blancos) en una relación de entre 53-57% a favor
del candidato PAC contra 43-47% del candidato del PRN. Por supuesto, en ninguno
de los dos bloques se puede tener ninguna confianza, hasta el 1 de abril,
después de las 6 pm. Pero claro, esta es simplemente una proyección intuitiva,
perfectamente equivocada.